Por la Dra. Mónica Padrone y el Dr. Oscar Karagencian
Policonsultorio Medynut. Medicina y Nutrición
Avda. 32 N° 342 e/1 y 2 La Plata
Más que una cuestión de peso
La obesidad es una compleja enfermedad crónica que se define por la acumulación excesiva de grasa corporal que puede ser perjudicial para la salud. Se utiliza el índice de masa corporal (IMC) como marcador indirecto de la enfermedad, considerando obesos aquellas personas que presentan su IMC ≥ 30 kg/m2 .
Si estás luchando con tu peso no estás solo, en Argentina según la 4ta. encuesta nacional de factores de riesgo (ENFR) publicada en 2019, el 25% de las personas sufren de obesidad.
Las causas son multifactoriales, resultan de una compleja interacción entre genes y factores externos como los patrones de alimentación, la inactividad física, alteración en la calidad/cantidad de sueño, factores psicobiológicos y culturales.
Uno de los factores medioambientales más importantes es la mayor disponibilidad y consumo de ultraprocesados: alimentos y bebidas de alta densidad calórica (ricos en grasas, azúcares y sal) y de bajo valor nutritivo. Esto se asocia con el muy bajo consumo de alimentos sin procesar o mínimamente procesados, como verduras, frutas y legumbres. La 4ta. ENFR demostró que sólo el 6% de los argentinos consume las cinco porciones diarias recomendadas de frutas y verduras. Este bajo nivel de consumo está relacionado tanto con la falta de una cultura de vida saludable como con el limitado acceso a una dieta rica en estos productos, agravado por los altos costos que muchas veces tienen las frutas y verduras frescas, haciendo que se prioricen opciones más baratas y menos nutritivas.
La obesidad es un factor de riesgo crucial pero modificable que lleva al aumento de la resistencia a la insulina y diabetes 2, trastornos metabólicos que generan aumento de triglicéridos y colesterol, problemas cardiovasculares como enfermedad coronaria, presión arterial elevada y aumento de riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad hepática, apnea del sueño, enfermedades osteoarticulares y determinados tipos de cáncer.
¿Como alcanzar y mantener un peso saludable?
Esto puede ser todo un desafío.
- Al comenzar, es importante consultar con un profesional de la salud para que pueda brindarte un plan nutricional individual y supervisado con estrategias para abandonar hábitos alimenticos poco saludables.
- Realizar actividad física en forma regular y programada. La recomendación general es realizar 150 minutos de actividad física cada semana incluyendo:
- Actividad aeróbica o cardio.
- Actividad de fortalecimiento muscular o entrenamiento de fuerza.
- Tratamiento de la conducta alimentaria para Identificar qué situaciones, externas o internas (mentales, ambientales o emocionales) predisponen a comer de manera poco adaptativa y obtener estrategias conductuales, emocionales y cognitivas que le permitan tener una relación más saludable con la comida
- Tratamiento farmacológico: A partir de 2018, se ha producido una revolución en el tratamiento farmacológico de la obesidad gracias al desarrollo de sustancias análogas a las hormonas intestinales. Estas hormonas son las encargadas de informar al cerebro cuando se ha consumido suficiente alimento, generando dos efectos clave: la saciación y la saciedad. En los últimos años, se ha incrementado notablemente el número de fármacos aprobados para el tratamiento de la obesidad, mostrando resultados muy prometedores. Por ejemplo, podemos citar los siguientes:
- Agonistas del receptor GLP-1: Los medicamentos como el liraglutide y semaglutide son análogos del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), una hormona intestinal que promueve la saciedad y la saciación. Estos fármacos han mostrado resultados impresionantes, con algunos estudios indicando pérdidas de peso del 15% o más en pacientes tratados a largo plazo. Además de controlar el apetito, mejoran el control glucémico, siendo también útiles en pacientes con diabetes tipo 2.
- Inhibidores de la lipasa: El fármaco orlistat actúa inhibiendo la absorción de grasas en el intestino, lo que reduce significativamente la ingesta calórica. Aunque es menos potente que los agonistas del GLP-1, es una opción eficaz cuando se combina con cambios en la dieta y actividad física. Su uso es especialmente relevante en casos de obesidad leve o moderada.
- Tirzepatida: Un tratamiento más reciente que combina la acción de agonistas duales de GLP-1 y GIP (péptido insulinotrópico dependiente de glucosa). La tirzepatida no solo actúa mejorando la sensación de saciedad y control del apetito, sino que además muestra un efecto sinérgico en el metabolismo de la glucosa y la reducción de peso, logrando hasta un 20% de pérdida de peso corporal en algunos ensayos clínicos.
- Otro tratamiento es la cirugía bariátrica, un especialista puede recomendarte esta opción cuando hay una obesidad severa con problemas de salud graves relacionados con ésta y con dificultad de perder peso con otros tratamientos.
¿Qué otros medicamentos para adelgazar podrían estar disponibles en el futuro?
Los investigadores están estudiando varios medicamentos nuevos y combinaciones de medicamentos en animales y personas. Los investigadores están trabajando para identificar medicamentos más seguros y eficaces que ayuden a las personas que tienen sobrepeso u obesidad a adelgazar y mantener un peso saludable a largo plazo. Los futuros medicamentos podrían usar nuevas estrategias, como:
- Regular varias hormonas intestinales al mismo tiempo;
- Apuntar a genes específicos que causan la obesidad;
- Permitir que las personas pierdan grasa corporal sin perder músculo mientras adelgazan;
- Cambiar las bacterias en el intestino para controlar el peso.
Uno de los principales desafíos en la lucha contra la obesidad es el mantenimiento de la pérdida de peso a largo plazo. Tras una reducción importante de peso, el cuerpo activa una serie de mecanismos hormonales que intentan restaurar el peso perdido. Estas respuestas incluyen el aumento del apetito y la disminución del metabolismo, lo que favorece la ganancia de peso nuevamente. Hormonas como la grelina (que estimula el apetito) aumentan, mientras que las señales de saciedad se debilitan. Aunque los nuevos tratamientos farmacológicos, como los agonistas del GLP-1, han demostrado ser eficaces en la pérdida de peso, aún persiste el reto de contrarrestar estas respuestas compensatorias del organismo.
La fuerza de voluntad, por sí sola, no es suficiente para lograr un tratamiento exitoso de la obesidad. En el manejo de esta condición, al igual que en cualquier enfermedad crónica, la culpa no tiene cabida en el proceso de sanación. Además, es fundamental entender que el éxito requiere tiempo; los tratamientos rápidos y exigentes a menudo conducen al fracaso. Por último, contar con el acompañamiento de un profesional es crucial, ya que enfrentarse solo a esta lucha suele resultar en una victoria para la obesidad.